"Nuestra vida se divide al igual que los libros en capítulos, esas partes que deben separarse unas de las otras porque cada una es diferente, y que al final, en conjunto, cada una de ellas forman una historia, y si alguna faltara, nuestra vida no sería igual, tal vez no significaría lo mismo o tal vez tendría un final muy diferente, porque en cada una de esas partes hay mucho, aprendemos, conocemos, entendemos, amamos, perdemos, vivimos... Por eso es importante aprender a diferenciar cada uno de esos capítulos, aprender de ellos y seguir adelante con la historia de nuestra vida, porque siempre habrá nuevos capítulos y nunca sabemos en qué momento puede haber un giro argumental importante, que nos podríamos perder por no haber cerrado un capítulo a tiempo."
Hay personas que le dan nombres a los capítulos de su vida, otros que solo los ven como etapas que simplemente se pueden enumerar, yo, la verdad yo aunque quisiera darles un nombre no sabría hacerlo, así que quiero empezar a hablar sobre esta etapa de mi vida como un año, probablemente el año más trágico que he vivido desde que tengo memoria, aunque la verdad es erróneo decir que esta etapa sea un año, ya que todo empezó a finales del 2010...
Lo recuerdo bien, hace poco más de un año yo estaba bastante apurado como cada final de semestre con mis entregas y trabajos finales de la facultad, ya que siempre dejo todo hasta el final. Un día mientras andaba entre el ir y venir de toda esa rutina, una llamada inesperada sonó en mi celular, al responder uno mis mejores amigos estaba al otro lado de la llamada, me dio una noticia bastante inesperada, de ese tipo de noticias que ni por la mente te pasan, era que otro amigo, uno que también apreciaba mucho estaba muy enfermo y mal, y que tenía que ir a verlo cuanto antes mejor, no me dio muchas explicaciones de que había pasado o que tenía, solo me dio a entender la premura del asunto y que todo fue muy rápido, y que de esa misma forma mi presencia allá debía ser igual de importante, yo respondí que haría todo lo posible pero que me había tomado en el peor momento del semestre porque era cuando "cada segundo era vital". Al colgar la llamada me quedé parado pensando un buen rato, reflexione sobre que podría hacer, ya que yo estaba en Xalapa y debía ir hasta Tlapacoyan para ver a mi amigo, lo cual suponía en el mejor de los casos perder un día entero entre el tiempo de viaje de ida y vuelta y todo lo que suponía ir hasta allá, yo estaba tan presionado con mis cosas que supuse que si iba cuando terminara todos mis pendientes no habría ningún problema, pensé durante un rato y al final me puse a recordar muchas cosas sobre mi amigo y de incluso cuando lo había conocido. Sin darle más vueltas volví a mi actividad normal y seguí con todos los pendientes que tenía, ya que me esperaba uno de los fines de semana más pesados y largos que había tenido en mi vida hasta ese momento.
Durante ese fin de semana no dormí tres noches seguidas o incluso más, probablemente cerré los ojos si acaso una hora cada día, ya que de vez en cuando me acostaba solo para descansar unos minutos cada cierto tiempo, principalmente cuando sentía dolores de espalda por estar tanto tiempo sentado o cansancio, pero dormir como se debe nada, ya que cada segundo era vital para poder terminar mi entrega y no había tiempo, el hecho de ser tan flojo como soy y postergar muchas cosas hasta el último momento fue lo que hizo que tuviera tanto trabajo acumulado para el final y que estuviera tan apretado ese fin de semana. Aun así recuerdo que no sentía ni sueño ni cansancio, cuando estás tan apresurado y concentrado haciendo algo, ni siquiera sientes cómo pasa el tiempo, lo recuerdo bien, no me moví durante muchas horas de mi asiento frente al computador, solo movía el mouse de un lado a otro, escribía y avanzaba, por momentos volteaba a ver la ventana y de repente me percataba que ya no había luz afuera así que entendía que ya era de noche y el tiempo seguía transcurriendo, al igual que tampoco notaba cuando ya había amanecido, el tiempo era muy fugaz, y yo estaba demasiado concentrado en lo que me encontraba haciendo, llevaba buen ritmo y sabía que iba a terminar.
Pero una de esas noches mientras yo me encontraba apurado y sin parpadear, algo me hizo despertar de ese trance en el que me encontraba... "una llamada". Eran como las 4 de la madrugada y yo sin dudarlo tomé el celular, salí de mi cuarto a la oscuridad de la calle y respondí. Era mi amigo nuevamente, se escuchaba raro, como fuera de si. Al principio pensé que tal vez me llamaba para preguntarme porque aun no iba y que incluso tal vez había estado bebiendo y solo me quería molestar, pero después, cuando empezó a hablar fue todo lo contrario. Me lo dijo rápido y sin darle muchas vueltas, aunque no recuerdo las palabras exactas: "—Solo te llamo para avisarte que nuestro amigo ya falleció, me preguntó por ti pero le dije que andabas ocupado y que cuando tuvieras tiempo ibas a venir a verlo, llegamos a pensar que tal vez si ibas a llegar..." Después me explicó que antes de morir nuestro amigo le pidió que reuniera a todos nuestros amigos cercanos esa noche en su casa, quería verlos y pues probablemente el quería despedirse. Así que compraron algunas cervezas y estuvieron ahí con él platicando y recordando viejos momentos, riendo y simplemente dejando que todo fuera como una noche más, una de esas donde siempre solíamos reunirnos a platicar y tomar, reír y pasarla bien. Más tarde en la madrugada él se quedó dormido y ya pasadas las tres de la madrugada simplemente en su cama al lado de su familia y amigos, él dejó esta vida. Yo no estuve ahí pero puedo imaginar perfectamente toda esa escena. Cuando mi amigo me contó todo esto, simplemente me quedé callado un rato y después le dije: Gracias por avisarme hermano, lo entiendo y es una pena que no haya podido estar ahí con ustedes. Él solo me respondió que quería que yo lo supiera para que ya estuviera listo. Le agradecí por haberme avisado tan rápido porque seguro el tampoco se encontraba bien ya que solo habían pasado unos minutos de eso, al final nos despedimos y le dije que nos veríamos después...
Después de colgar esa llamada me quedé en un estado anonadado, durante unos minutos me quedé en la oscuridad de la noche pensando sobre todo lo que me acababan de decir, en ese momento la ciudad parecía haberse quedado en silencio, no podía escuchar el sonido de los autos o ambulancias que siempre sonaban a esas horas de la madrugada, ni los grillos ni los perros ladrando en la lejanía, simplemente todo estaba en silencio, todo fue demasiado repentino, en ese momento mi cuerpo no supo qué hacer, si ponerse triste, enojado o desesperado. Tal vez no soy una persona normal, tal vez estoy loco o incluso pensé que tal vez era un maldito insensible, porque a pesar de que sentí muchos dolores en mi estómago por todo lo ocurrido mi siguiente acto fue volver a mi cuarto, sentarme frente a la computadora, volver a mi estado de trance y seguir con mis trabajos, era como si hubiera dejado de pensar y simplemente fuera una maquina que solamente se había programado en ese momento para trabajar. Recuerdo muy bien ese amanecer, porque a pesar de que pasaron todavía como dos horas para que saliera la luz del sol, para mi fue una eternidad, de repente en un momento solo voltee a la ventana y vi como la luz poco a poco se fue intensificando, hasta que todo mi cuarto se iluminó. Durante los siguientes días y horas yo continué sin parpadear con mis cosas, y algunos amigos y compañeros de la facultad pasaban a visitarme a mi cuarto y saber cómo iba con mi entrega, yo solo les decía algunas cosas y les preguntaba sobre los de ellos, pero a ninguno le comenté sobre mi amigo en ese momento.
Por fin se llego el lunes por la mañana y yo prácticamente había terminado todo lo que tenía que hacer, amaneció y me dirigí a imprimir y plotear todo lo que había hecho ese fin de semana y después me dirigí apresuradamente a entregarlos. Es raro, porque cuando haces algo que te costó mucho sudor y esfuerzo, es inevitable tener esa sensación de desahogo y liberación cuando por fin lo terminas, es algo que pocas veces sentimos y que nos hace sentir muy bien, yo recuerdo cuando entregué ese trabajo porque por primera vez en la vida después de haberme esforzado tanto por haber hecho algo y terminarlo, no pude sentir esa sensación, en cambio, en el momento que salí del lugar donde lo había entregado vino a mí una de las peores sensaciones, como si alguien hubiera echado una pesada losa encima de mi espalda, mi cabeza me empezó a doler, mi cuerpo se sentía destrozado y pesado, todo en mi se sentía de la peor forma posible, y de algo estoy seguro, eso no era ni cansancio ni sueño. Yo me conozco y en otras circunstancias habría salido de ahí brincando y riendo a pesar de no haber pegado las pestañas en varias noches seguidas, lo que mi cuerpo sentía no era cansancio, era el dolor y el sufrimiento que había encerrado temporalmente dentro de mi, en el momento que ya no había otra cosa en mi mente todo eso llego de golpe, lo único que pude hacer fue bajar por las escaleras y salir del edificio, llegar al exterior a intentar tomar un poco de aire fresco.
Recuerdo muy bien que me senté afuera de los talleres y me quede ahí, simplemente intentando lidiar todo lo que sentía, con esa culpa interior por no poder haberme despedido de un amigo, una culpa que hasta la fecha y tal vez nunca me perdone, porque yo tuve en mi poder una decisión tan fácil y no supe elegir la correcta. Estuve ahí sentado por un buen rato e incluso algunos compañeros se acercaron para ver que me pasaba, y les mencione la situación. La verdad yo solo hablaba por inercia porque mi mente seguía llena de muchas cosas, entre ellas aquella de que "cada segundo era vital", ahora por fin entendía que estaba bastante equivocado en lo que era vital y lo que no lo era tanto...
Después de eso vinieron muchas cosas, pero de eso hablaré en otro momento, de amigo, de su amistad, de cómo lo conocí, de lo que aprendí de él y lo que su muerte significó para mí, será algo de lo que escriba con mayor detalle en otra ocasión...
Unos meses después ya entrados en el 2011, era temporada vacacional y yo me encontraba en Tlapacoyan, como siempre visitando a mi familia que siempre echo de menos. Durante esos días me enteré que mi bisabuela a la que muy pocas veces había visto en los últimos años se encontraba bastante mal y no dude ni un momento en ir a verla ya que por lo que decían todo indicaba que ya era algo grave. A mi bisabuela la trate mucho más cuando era niño, ya que era madre de mi abuelita, solíamos visitarla muy a menudo, yo siempre fui muy cercano a mi abuela y había temporadas en las que todos los días estaba en su casa, casi parecía que vivía con ella, así que hubo un tiempo en el que veía muy seguido a mi bisabuela porque vivía en el mismo lugar que mi abuelita, que puedo decir, yo era aun un niño y la verdad nunca me fijaba en los detalles, solo recuerdo que siempre fue una persona muy calmada y serena, que se alimentaba muy sanamente y que pocas veces la escuchaba hablar, y pues no por nada llego a tener más de noventa de años. Ese día cuando la fui a visitar ella se encontraba acostada en una cama, se veía muy cansada, pero lo que me sorprendió más es que su expresión me hacía sentir como si ella estuviera molesta. Todos decían que simplemente un día había dejado de comer y que ella misma se negaba todo, al parecer llega un momento en que hasta el más fuerte se cansa de vivir, y parece que ella ya había llegado ahí, tal vez ese era el motivo de su expresión, que no la dejaban descansar en paz. Yo estuve un buen rato sentado con ella en su cama, pensando en que como a pesar de que no conoces mucho a alguien puedes sentir mucha tristeza con solo verlo en un estado así.
Más tarde me fui a mi casa, esperando que ella superara eso y le volvieran las ganas de vivir, lastimosamente por la madrugada me enteré que ella ya había fallecido, así que por mi mente paso la idea de que hay cosas que deben de pasar aunque no queramos, también recordé que la muerte seguía cercana, ya que todavía no pasaban más de tres meses desde la última muerte que había vivido, si hubiera sabido en ese momento que lo peor aún estaba por venir quien sabe que hubiera hecho...
Después de la muerte de mi bisabuela empecé a entender algunas cosas, aun no del todo pero la idea empezó a rondar mi cabeza, ya que me di cuenta que cuando alguien muere no es la muerte en sí la que te hace sentir del todo mal, pero todavía me faltaba mucho camino por recorrer para llegar a mi conclusión. Tal vez la muerte de mi bisabuela no fue del todo inesperada por su edad, pero por su condición y salud si lo fue para algunos, ya que para tener 92 años ella se encontraba perfectamente sana y fuerte, pero es una lástima que haya algunas otras cosas que también influyan en nuestra vida y en cómo termina. Fue algo duro ver a mi familia triste, sobre todo a mi abuelita, ya que perder a una madre aunque ella tenga más de noventa años nunca es fácil, y estoy seguro que para mi abuelita no fue nada fácil. Después del velorio y algunos rezos yo regrese a Xalapa, y se acercaban aun muchas cosas.
Pasó el tiempo, y pues después de hacer todavía varias cosas y el servicio yo terminé mi carrera por fin, tal vez algunos digan cómo puede ser tan malo un año en el que terminas tu carrera universitaria, pero sinceramente si alguien me pregunta le podría decir que para mí no significó mucho, yo lo veo simplemente con el inicio de otra etapa, pero no lo veo como algo para celebrar, yo prefiero celebrar otras cosas, pero en fin, es algo inevitable, lo único bueno de todo eso que por fin dejaría de ver a personas que nunca quise ver ni conocer, tristemente también dejaría de ver a unas cuántas personas que son los amigos que hice y de los que uno nunca se quiere separar, aunque siempre hay que ver las cosas por el lado positivo y yo guarde la esperanza de que seguiría viendo a esos que si me importaban.
No tuvo que pasar mucho para que de nuevo vinieran los problemas, esta vez, algo que ni yo mismo me esperaba, el problema desgraciadamente fui yo. Aunque esta parte de la historia no la voy a contar, porque aun no me siento completamente cómodo para hacerlo, solo debo decir que fue una experiencia que me dejo bastante aprendizaje y me hizo darme cuenta de muchas cosas que había olvidado, pero no puedo mentir, es algo que me afectó bastante, lo bueno es que mi familia siempre estuvo ahí conmigo a pesar de que casi nadie más lo hizo, cuando pasan cosas así la gran mayoría de las personas solo saben señalarte o burlarse de ti, incluso aquellos que dicen ser tus amigos, pero fue un gran alivio saber que incluso entre todos esos si hubo unos cuantos, unos dos o tres que antes de cualquier cosa se preocuparon por saber si me encontraba bien. Fue muy vergonzoso y sobre todo me sentí muy mal con mis padres porque ellos no se merecen eso ni nada parecido, que lástima que siempre he sido tan mal hijo a pesar de que ellos se esforzaron mucho y me dieron la mejor crianza posible. En fin, en otro momento escribiré con más detalle sobre la idiotez que hice y sobre como eso empeoro aun más este año que parecía no tener fin.
Nuevamente no paso casi nada de tiempo, sin embargo esta vez fue algo tan repentino y tan duro que tardé demasiado tiempo en asimilarlo, sobre esta parte tampoco voy a profundizar mucho ya que lo haré más adelante cuando me sienta más claro de la mente, porque sin duda fue algo que me afectó mucho y no me siento preparado para hablar de ciertas cosas todavía. Yo me enteré prácticamente hasta el siguiente día de lo ocurrido, la tarde anterior mientras mi familia se encontraba en el negocio como siempre trabajando, sonó una llamada, ni siquiera sé quien respondió pero era para avisar sobre una noticia que simplemente echaría abajo a todos, mi tío había fallecido en un accidente mientras trabajaba en USA, ese mensaje fue devastador tanto para mi abuelita, como para mi madre quienes fueron las primeras en enterarse, principalmente mi madre que padece de la presión la noticia fue demasiado severa, si mal no recuerdo, a partir de ese día su padecimiento empeoró y hasta la fecha no se ha logrado reponer del todo. Después de que le dijeron a mi tía y a la esposa de mi tío y su hija llevaron a mi madre al hospital quien de verdad se había puesto demasiado mal, después por la noche recibieron más noticias sobre lo que había ocurrido y sobre cuándo llegaría el cuerpo de mi tío, fue bastante trágico al parecer, pero cuando se está tan lejos de alguien lo único que resta es lamentarse. A mí me avisaron bastante después sobre lo ocurrido y sinceramente ni recuerdo bien que pensé en ese momento, solo sé que quería estar al lado de mi familia porque sabía lo mal que estarían todos. Así que sin pensarlo me fui con ellos, en el camino, pensé de todo, pero más que nada me preparé, porque sabía que lo que se avecinaba iba a ser algo muy difícil y tenía que ser muy fuerte, principalmente por mi familia, porque sabía que iban necesitar mucho apoyo...
Pasados apenas unos tres meses después de todo lo ocurrido con mi tío ya se empezaba a respirar un poco de aire tranquilo, ese tipo de heridas cierran muy lentamente, pero por lo menos lo días parecían haber vuelto un poco a la normalidad, eran épocas de Todos Santos, y las tradiciones de poner altares u ofrendas, como prefieran llamarlas, aun siguen siendo muy comunes para la gente, especialmente para la gente mayor como mi abuelita, quien puso su altar para los dos difuntos más recientes que ya teníamos en la familia, yo solo puedo decir que no soy muy tradicionalista, pero ojalá que nunca se terminen esas cosas, porque me encanta el chocolate, el pan de muerto, las calaveritas, los tamales y todas esos detallitos que se acostumbran hacer en esos días, bendito sea México cuando se trata de cosas de este tipo, además pienso que honrar a los muertes, o incluso a la muerte misma no es algo tan loco, al fin y al cabo todo moriremos sin excepción en algún momento. Días después de eso, mientras mi abuelita se encontraba como siempre haciendo sus tareas y ayudando en el negocio, de repente algo pasó, mi madre me contó que mi abuelita de repente se puso mal, le empezó a doler la cabeza muy intensamente, un dolor que nunca antes había tenido, mi madre no supo qué hacer mi abuelita solo decía que le dolía demasiado, llamaron a mi tía y la llevaron al hospital rápidamente porque se dieron cuenta que no era algo normal lo que pasaba, en el hospital se agravo todo, empezó a tener más síntomas y ella se puso peor, incluso mi madre también tuvo que ser atendida, porque al ser hipertensa en momentos de tensión como esos se pone muy mal, lo increíble de todo es que en ese hospital pasadas las horas le dijeron a mi familia que no era algo tan grave y que por la mañana del día siguiente mi abuelita saldría incluso caminando del hospital, pero mi familia de ninguna forma dio credibilidad a tal historia, ella se ponía cada vez peor y se quejaba mucho más, a pesar de que su cuerpo parecía estar bien, el dolor en su cabeza no desaparecía. Así que ante la incompetencia de ese lugar decidieron trasladarla a otro hospital donde si la atendieran como se debe. Cuando llegaron a otro lugar y le hicieron más estudios fue cuando se dieron cuenta de lo que realmente había pasado. Yo como siempre me enteré de todo esto unas horas más tarde, cuando me avisaron, probablemente haya sido el golpe más duro que haya recibido en toda mi vida, una de las personas a las más amo en este mundo se encontraba en el hospital muy mal, recuerdo muy bien que afuera había una tormenta pero que nada me importó en ese momento, me cambié y salí corriendo bajo la lluvia hacía donde me habían dicho que estaban todos con mi abuelita. Yo estaba en Tlapacoyan y me dirigí a Martínez, durante el trayecto mi mente estaba borrosa, mi preocupación nunca había sido tan grande que no me dejaba pensar con claridad, solo veía por la ventana del autobús como la lluvia no dejaba de caer con tanta intensidad, sentía como si el clima mismo me estuviera diciendo que nuevamente me tenía que preparar para lo que venía, porque esta vez sería incluso peor que todo lo anterior junto, yo después de todo lo que había pasado ya en ese año sinceramente ya no sabía si podía soportar aun más este tipo de cosas.
Solo me quedó respirar profundo y bajar del autobús, camine un poco y llegué al hospital, ni siquiera recuerdo quien estaba en la sala de espera en ese momento, solo sé que me dijeron que pasara y me señalaron el cuarto donde se encontraba mi abuelita, cuando llegue me abrió mi tía y pasé, estaban mi madre junto a mi abuelita y la esposa de mi difunto tío sentada al lado de su cama, todas llevaban un expresión de tristeza, yo caminé un poco y me acerqué a mi abuelita, a pesar de que ella estaba estable en ese momento lo que iba a ver en ese momento es algo que jamás en toda mi vida me hubiera esperado, es algo que jamás voy a olvidar porque nadie nunca desearía ver a alguien a quien ama tanto en ese estado, así de esa forma, y no era solo por su estado y el hecho de estaba en la cama de un hospital, ella se veía muy frágil y débil recuerdo que al verla pensé que en todos los años de mi vida nunca había visto a mi abuelita con el cabello suelto, hasta ese momento, ella siempre solía hacerse coletas o amarrarlo, su cabello era negro y muy largo, entre lacio y un poco ondulado, su rostro se notaba medio dormido y cansado, tan solo estaba cubierta con una sabana, la miré y por un momento sentí como si solo estuviera durmiendo, sin embargo cuando estuve junto a ella y puse más atención, cuando se despertó un poco, ese momento fue cuando me di cuenta de la realidad, ha sido uno de los momentos más dolorosos en toda mi vida, nunca olvidaré la primera reacción de mi abuelita al verme, como tampoco olvidaré lo que pasó en ese momento...
Estoy muy cansado ya de escribir, tengo sueño, casi no he dormido pero quiero terminar de escribir esto antes de que se termine el año, hoy es 31 de diciembre y en unas cuantas horas comenzará el año 2012, vine a mi casa a bañarme y cambiarme y aproveché un rato para despejar mi mente, aun no puedo creer todo lo que ha pasado en tan poco tiempo, supongo que casi todo el mundo festejará esta noche al lado de su familia o amigos que se termina un año y que comienza uno nuevo, yo la verdad es que no tengo nada que festejar de este año que se acaba, y sinceramente tengo mucho miedo de lo que pueda venir en el siguiente año o en los venideros, después de todo lo ocurrido ya no quiero saber nada más. Tal vez alguien se pregunte que hago aquí escribiendo esto en este día, y para ser sincero ni yo mismo lo sé, quisiera tener a alguien a mi lado a quien pudiera decirle todas estas cosas, alguien con quien desahogarme, alguien que me escuchara y que por lo menos apretara un poco mi mano, sentir que hay alguien que está junto a mi compartiendo todo este dolor que llevo dentro, pero la verdad es que estoy solo desde hace mucho tiempo. Tal vez alguien diga, bueno tienes a tu familia, pero la verdad es que ellos están sufriendo igual que yo en este momento, yo debería ser quien este ahí para darles mi apoyo, y es lo que intento, pero es que a veces es demasiado y siento que también necesito a alguien para que me ayude a mí. Mis amigos, claro mis amigos, algunos lo saben y ya me han expresado sus sentimientos, pero sé que muchos de ellos no van a estar aquí conmigo, otros que se hacen llamar amigos ni siquiera les ha de importar y tal vez en este momento ya estén bastante ebrios esperando a que empiece el desmadre del año nuevo, y muchos otros buenos amigos y amigas que tengo están muy lejos de aquí, tal vez aunque quisieran darme su apoyo no lo pueden hacer. Al fin y al cabo me siento muy solo y triste en este momento, así que como siempre, la única forma de desahogarme un poco es escribiendo lo que pienso, sacando todo esto que llevo en la mente, la vida me ha hecho reflexionar demasiado este año y el que sigue voy a ser una persona completamente diferente, ahora más que nunca empiezo a sentir ciertas cosas y arrepentirme de otras, pero aun no estoy muy seguro de todo, tal vez en un tiempo que esto haya pasado pueda saber qué es lo que aprendí, por ahora solo me queda dejar esto así, me tengo que ir, aun me esperan largas noches y tengo que ser fuerte, ya que ayer falleció mi abuelita y como ya se cuán difícil y doloroso es todo esto de reciente experiencia, sé que lo que viene es aun la peor parte. Pero bueno, ya escribiré sobre todo esto y lo que pasó en todo este tiempo con mi abuelita en otro momento, cuando me sienta listo para hacerlo, porque de verdad que ver alguien quien fue como mi segunda madre así, ha sido algo tan terrible que las palabras mismas no van a alcanzar para explicarlo.
¿Cómo fue tu año 2011? Yo tengo ganas de lanzar miles de insultos hacía este año, pero de nada sirve, solo espero que tu año haya sido mejor que el mío, y espero que quien lea esto nunca tenga un año como este que tuve yo, de verdad que es muy difícil no lograr recuperarte de algo cuando ya está pasando otra cosa. Ahora le temo al futuro y lo que pueda pasar, solo espero que la próxima vez que me vuelva a pasar algo como esto, haya alguien a mi lado, para no afrontar nuevamente todo esto yo solo...
Feliz Año nuevo a todos, yo tengo que ir a un velorio…